
La verdad es que cuando me lo contaron casi me muero de la risa pero así es la vida majo. La carta no es que sea muy extensa, cinco o seis entradas, carne y algo de postre, pero merece la pena solo por comer en el dichoso papelito. Llega el camarero con el agua (con el calor que hace aquí no me extraña) y dos cuadrados de papel. Se supone que son los platos.
Para que el diablo no nos llame mentirosos, he de decir que sí había cosas que comimos en plato. La ensalada, el tirokafterí y algo más que pedimos venían con su respectivo plato.
Comimos como gochinos por 35 euros vino incluido, cosa que no está nada mal. Cuando vengáis ya os llevo.
1 comentario:
Y medunda pinta tiene la comida.
Ñam ñam.
Con el hambre que yo tengo hoy.
A ver si hay suerte y se os va a ver pronto y disfrutar de lo bien que se come por esa tierra.
Un fuerte abrazo desde la Pola.
Publicar un comentario