
No hay mejor desayuno que uno a la griega. Par empezar bien el día nada como un café griego, con un par de empanadillas. Bueno en realidad me comí seis o siete, pero estaban muy muy buenas. Las hizo la madre de Nico. Las que son como semicírculos son de espinaca y las que son más redondas son de feta. Gracias señora Maro. Estaban de lujo.
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